sábado, 8 de mayo de 2010

¿Cómo percibo mi docencia?

Por: José Alfredo Gallego Andrade

Tengo desde hace tiempo una calcomanía que dice: “TRES RAZONES PARA SER MAESTRO: PASCUA, VERANO Y NAVIDAD”. Obviamente esa leyenda hace alusión a los tres períodos vacacionales del año escolar, y por supuesto que solo debemos verlo como una chispa que estimule nuestro sentido del humor, no como el título de una especie de himno a la flojera.

Creo que quienes laboramos en el mundo académico sabemos perfectamente que si bien disponemos de todos esos días de vacaciones, también estamos comprometidos a dedicar muchísimas ‘horas extra’ a la revisión de exámenes, de tareas, y sobre todo, a la planificación de nuestras clases. Hablando de planes de clase, quiero decir que algún día voy a aprender a elaborar páginas web (no sé si será una fecha cercana o lejana), y voy a retribuir algo de lo mucho que he obtenido de los maestros e investigadores que generosamente comparten sus materiales en internet, y que gracias a ellos he podido preparar clases más atractivas y con mejores resultados.

Si he de describir como percibo mi docencia, entonces debo comenzar por citar una frase que me dijo mi papá: ‘’Dedícate a lo que tú quieras, pero siempre trata de que el trabajo de hoy te salga mejor que el de ayer, y mañana empieza el día pensando de la misma manera.”

Por lo tanto, mi mentalidad para cada día de trabajo la resumiría en dos frases:
1. Presentar la mejor clase posible para que mis alumnos de la primera hora se sientan motivados a comenzar bien el día.
2. Presentar la mejor clase posible para que mis alumnos de la última hora, no estén en el aula mirando el reloj, esperando ya salir de clases.

Claro que a veces resulta muy difícil lograrlo, y hay que echar mano de miles de recursos para no perder el enfoque del grupo, para que estos jóvenes sientan que lo que hacemos en el salón de clases es relevante y será trascendente. Es un reto muy especial ayudar al estudiante de prepa a entender que las actividades de clase van encaminadas a plantear situaciones reales para fomentar en ellos una visión crítica, que les ayude a ver de qué manera participarán en esta realidad.

Una vez, en un congreso docente, una compañera me dijo: “Es que el maestro tiene que ser un poco psicólogo, un poco gerente, y un poco payaso”. Y desde entonces he comprobado que es cierto, mis mejores resultados como docente los he obtenido tratando de entender la razón de ciertos comportamientos de los alumnos, tomando decisiones firmes que dejen claro que todos tenemos obligaciones que cumplir, y planificando actividades que hagan el aprendizaje entretenido.

Para concluir estos comentarios, quisiera hacer mención especial de que para desempeñar un mejor trabajo docente, me ha resultado INDISPENSABLE la constante actualización en los temas que ocupan a los jóvenes: las películas que ven, la música que oyen, los pasatiempos que practican, o los personajes que admiran, ya que a través de estos factores es como se logra la empatía que genera un clima favorable para el desarrollo del aprendizaje en el aula.

1 comentario:

  1. Jose Alfredo, lei todas las entradas que has publicado en tu blog, y me parecen muy buenos los puntos que tratas. Esta en lo personal, me gustó mucho. Me siento muy identificada con lo que comentas, y coincido en que la percepción de la docencia es un factor determinate en la manera en como se desempeña un maestro.
    La percibo como una carga, un camino sin salida, un castigo? Entonces mi labor será pesada, aburrida y estéril.
    Percibo la docencia como una oportunidad de darme, de facilitar el aprendizaje, de formar? Entonces mi labor será fructífera, apasionante y satisfactoria. La remuneración económica de los maestros es injusta y debería reconsiderarse (después de todo los profes también comen, visten y sostienen a sus familias), pero gracias a Dios, los BUENOS maestros no cambian la intrínseca satisfacción de su labor por un kilo de frijoles, y esa es una buena señal de esperanza. :)

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